No voy a negar que la imagen tiene una intencionalidad manifiesta pero no se asusten, sólo es una foto cualquiera en un momento cualquiera del reinado de Bush II.
Aquellos que hayan podido disfrutar de Good Bye Lenin sabrán que se contextualiza temporalmente en el final de los días del sistema comunista de Alemania Oriental, y también en los primeros tiempos post-Telón de Acero. Un cambio de era. La película, magnífica.
El momento álgido, donde el título cobra sentido de manera muy gráfica, es la escena en la cual un helicóptero de las nuevas autoridades, que sobrevuela la ciudad de Berlín, porta una efigie de Lenin para su transporte a un lugar desconocido; con todo lo que esa imagen posee de carga simbólica.
El día en que George W. Bush deje de ser el hombre más poderoso de la Tierra, allá por Enero, también dará comienzo una etapa diferente sea quien sea el ganador de las elecciones presidenciales (será Obama según las encuestas y la lógica histórica).
Nadie transportará su estatua a ningún sitio ni será el final del capitalismo, pero posiblemente se empiecen a asentar las bases del futuro, de un nuevo capitalismo de rostro humano, si es que este puede tenerlo...
La etapa que se cierra está marcada por un profundo sentimiento de desencantamiento antiamericano en todo el mundo. La figura de este cowboy de los tiempos modernos estará ligada para siempre a la peor cara de los EEUU de Norteamérica que fue capaz, como país democratico y avanzado, de permitir que el inquilino de la Casa Blanca fuese alguien tan temerario, unilateral, con pocas luces y de actitudes dictatoriales e intolerantes.
Quedará unido por siempre al 11 de Septiembre y al desastre de Irak, Guantánamo, las torturas, los vuelos de la CIA y todo lo que de ominoso tienen sus ocho años de mandato. Pero este señor de chulescos andares no deja unicamente, como legado, dos guerras abiertas a las cuales no se les vislumbra fin.
Su etapa en el poder representa el cénit del fracaso de las políticas neoliberales y reaganianas tanto en el plano externo como interno, lo que indefectiblemenete obligará a su país a retroceder, en cuanto a la dinámica que venía sosteniendo durante las últimas décadas (con Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo).
Sus únicas actuaciones a considerar, y que podrían dar frutos positivos para los intereses occidentales en los próximos años, se encuentran precisamente en el ámbito dónde sistemáticamente parece haber llevado a cabo decisiones equivocadas: la política exterior. Resulta paradójico.
La alianza con la India (un dato geopolítico que marcará este siglo), la presión para evitar que Irán y Corea del Norte dispongan de un arsenal nuclear, o la actitud pragmática y condescendiente para con China son sus grandes bazas a la hora de escribir la Historia, a tales momentos. Aún así, tiene muchas más bazas en su contra, que le impulsarán en el hall of fame, y a tallar su cara en el Monte Rushmore de los nefastos Presidentes.
De ser Obama su sucesor, este tendrá mucho trabajo y ante las altísimas expectativas creadas, habría que tener los pies en la tierra y pensar que no todo lo que promete podrá ser realizable. Eso sí, el cambio se notará: en el plano interno supondrá una revolución en las relaciones del Gobierno Federal con el ciudadano y en la nueva economía verde que emergerá a medio plazo. El giro será socialdemócrata en lo social.
En el plano externo, siempre teniendo en cuenta las ansias expansionistas del imperio, habrá que restablecer alianzas y recuperar autoridad moral.
Europa será fácil de seducir. Caerá rendida a sus encantos, eso si, desde un nuevo tipo de relación. Sería de esperar que fuere en la línea del tú a tú, pero mantengo mis reservas, y se fundamentan en la trayectoria de los últimos años.
Si los latinoamericanos votasen, Obama arrasaría: se reformarán las intolerantes y criminalizadoras leyes de inmigración y la actitud será comprensiva con Cuba, dialogante con Venezuela y de colaboración con Brasil, como representantes de una nueva América del Sur, celosa de sus recursos y con potencialidades infinitas.
El problema más grave vendrá del Kremlin, con parada inevitable en Kiev debido a la posibilidad de que Ucrania ingrese en la OTAN.
No será fácil dar solución política y militar viable a Afganistán e Irak (con sus repercusiones en todo el tablero de Oriente Medio), y las relaciones con Israel (histórico aliado estratégico) pasarán por un momento difícil debido a la presión que se ejercerá, encaminada a desmantelar asentamientos judíos, en la búsqueda de una paz y una justicia duradera, que se reclama a gritos. Se harán esfuerzos en este sentido, pero los resultados son una incógnita que sólo el Mesías conoce.
Con Irán (y el mundo árabe en general) las cosas podrían apaciguarse si los halcones de ambos Estados Mayores lo permiten y, aún teniendo en cuenta que Obama es menos racista, menos capitalista y menos militarista que los republicanos, no deberíamos desestimar la opción bélica llegado el caso.
En los próximos años será inevitable reconocer el status mundial de China e India y su influencia. No sólo querrán tener la posibilidad de jugar fuerte y en igualdad de condiciones sino que, reclamarán poder fijar condiciones en el nuevo orden.
Posiblemente África continúe siendo la que se deje para el final, pero teniendo en cuenta que Obama tiene raíces keniatas, no es descabellado pensar que se modificará la sensibilidad respecto del continente negro. Incidir en las ventajas de la democracia (y alentarla de manera sincera y responsable) en detrimento de los gobiernos despóticos motivará a muchos jóvenes africanos a tratar de conseguirla para su país, a ser posible sin caer en un baño de sangre, como de costumbre.
Lo que se espera como cierto es que el cambio será fuerte, pero no drástico.
También que nos reiremos (de rabia, se entiende) menos, pero posiblemente, sonrriamos mejor.
Good bye, George!!!No lloraremos tu ausencia....,y esperemos que ninguna de tus hijas se presente a la presidencia....
Aquellos que hayan podido disfrutar de Good Bye Lenin sabrán que se contextualiza temporalmente en el final de los días del sistema comunista de Alemania Oriental, y también en los primeros tiempos post-Telón de Acero. Un cambio de era. La película, magnífica.
El momento álgido, donde el título cobra sentido de manera muy gráfica, es la escena en la cual un helicóptero de las nuevas autoridades, que sobrevuela la ciudad de Berlín, porta una efigie de Lenin para su transporte a un lugar desconocido; con todo lo que esa imagen posee de carga simbólica.
El día en que George W. Bush deje de ser el hombre más poderoso de la Tierra, allá por Enero, también dará comienzo una etapa diferente sea quien sea el ganador de las elecciones presidenciales (será Obama según las encuestas y la lógica histórica).
Nadie transportará su estatua a ningún sitio ni será el final del capitalismo, pero posiblemente se empiecen a asentar las bases del futuro, de un nuevo capitalismo de rostro humano, si es que este puede tenerlo...
La etapa que se cierra está marcada por un profundo sentimiento de desencantamiento antiamericano en todo el mundo. La figura de este cowboy de los tiempos modernos estará ligada para siempre a la peor cara de los EEUU de Norteamérica que fue capaz, como país democratico y avanzado, de permitir que el inquilino de la Casa Blanca fuese alguien tan temerario, unilateral, con pocas luces y de actitudes dictatoriales e intolerantes.
Quedará unido por siempre al 11 de Septiembre y al desastre de Irak, Guantánamo, las torturas, los vuelos de la CIA y todo lo que de ominoso tienen sus ocho años de mandato. Pero este señor de chulescos andares no deja unicamente, como legado, dos guerras abiertas a las cuales no se les vislumbra fin.
Su etapa en el poder representa el cénit del fracaso de las políticas neoliberales y reaganianas tanto en el plano externo como interno, lo que indefectiblemenete obligará a su país a retroceder, en cuanto a la dinámica que venía sosteniendo durante las últimas décadas (con Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo).
Sus únicas actuaciones a considerar, y que podrían dar frutos positivos para los intereses occidentales en los próximos años, se encuentran precisamente en el ámbito dónde sistemáticamente parece haber llevado a cabo decisiones equivocadas: la política exterior. Resulta paradójico.
La alianza con la India (un dato geopolítico que marcará este siglo), la presión para evitar que Irán y Corea del Norte dispongan de un arsenal nuclear, o la actitud pragmática y condescendiente para con China son sus grandes bazas a la hora de escribir la Historia, a tales momentos. Aún así, tiene muchas más bazas en su contra, que le impulsarán en el hall of fame, y a tallar su cara en el Monte Rushmore de los nefastos Presidentes.
De ser Obama su sucesor, este tendrá mucho trabajo y ante las altísimas expectativas creadas, habría que tener los pies en la tierra y pensar que no todo lo que promete podrá ser realizable. Eso sí, el cambio se notará: en el plano interno supondrá una revolución en las relaciones del Gobierno Federal con el ciudadano y en la nueva economía verde que emergerá a medio plazo. El giro será socialdemócrata en lo social.
En el plano externo, siempre teniendo en cuenta las ansias expansionistas del imperio, habrá que restablecer alianzas y recuperar autoridad moral.
Europa será fácil de seducir. Caerá rendida a sus encantos, eso si, desde un nuevo tipo de relación. Sería de esperar que fuere en la línea del tú a tú, pero mantengo mis reservas, y se fundamentan en la trayectoria de los últimos años.
Si los latinoamericanos votasen, Obama arrasaría: se reformarán las intolerantes y criminalizadoras leyes de inmigración y la actitud será comprensiva con Cuba, dialogante con Venezuela y de colaboración con Brasil, como representantes de una nueva América del Sur, celosa de sus recursos y con potencialidades infinitas.
El problema más grave vendrá del Kremlin, con parada inevitable en Kiev debido a la posibilidad de que Ucrania ingrese en la OTAN.
No será fácil dar solución política y militar viable a Afganistán e Irak (con sus repercusiones en todo el tablero de Oriente Medio), y las relaciones con Israel (histórico aliado estratégico) pasarán por un momento difícil debido a la presión que se ejercerá, encaminada a desmantelar asentamientos judíos, en la búsqueda de una paz y una justicia duradera, que se reclama a gritos. Se harán esfuerzos en este sentido, pero los resultados son una incógnita que sólo el Mesías conoce.
Con Irán (y el mundo árabe en general) las cosas podrían apaciguarse si los halcones de ambos Estados Mayores lo permiten y, aún teniendo en cuenta que Obama es menos racista, menos capitalista y menos militarista que los republicanos, no deberíamos desestimar la opción bélica llegado el caso.
En los próximos años será inevitable reconocer el status mundial de China e India y su influencia. No sólo querrán tener la posibilidad de jugar fuerte y en igualdad de condiciones sino que, reclamarán poder fijar condiciones en el nuevo orden.
Posiblemente África continúe siendo la que se deje para el final, pero teniendo en cuenta que Obama tiene raíces keniatas, no es descabellado pensar que se modificará la sensibilidad respecto del continente negro. Incidir en las ventajas de la democracia (y alentarla de manera sincera y responsable) en detrimento de los gobiernos despóticos motivará a muchos jóvenes africanos a tratar de conseguirla para su país, a ser posible sin caer en un baño de sangre, como de costumbre.
Lo que se espera como cierto es que el cambio será fuerte, pero no drástico.
También que nos reiremos (de rabia, se entiende) menos, pero posiblemente, sonrriamos mejor.
Good bye, George!!!No lloraremos tu ausencia....,y esperemos que ninguna de tus hijas se presente a la presidencia....
4 comentarios:
Hola, buenos días compañero:
Desde La Rioja, Logroño, con un día gris.....Contestaré a tu buen tramado artículo.
Como decía mi difunta abuela Críspula, conocida por "la Espertera", "NO HAY IMPERIO QUE MIL AÑOS DURE" y, pienso que tenía razón. EE.UU. seguirá aparentando ser el supercoloso en muchas cosas y cuestiones, pero se le ha terminado, entre otras, el unilateralismo y el vendernos las mil maravillas de su sistema capitalista, hoy con problemas económico/financieros. Dentro de su casa, por mor de una injusta globalización, o mejor aún, mal entendida y puesta en marcha, muchas de sus compañías estrellas, ya no les pertenecen y están en manos del dinero chino, árabe...etc. Así que, no pueden tirar cohetes al áire, por mucho que gane Obama, si es que finalmente gana.
En cualquier caso, han/hemos apuntalado nuevamente al sistema, sólo queda ver si la socialdemocracia es capaz de sacar pecho de la actual coyuntura y mejorar la vida a los miles de humanos que conocen la democracia, además de ayudar con más decisión a los millones que pasan hambre.
Reto importante en el que las izquierdas nos jugamos mucho.
Un abrazo y LA LUCHA POLÍTICA CONTINUA.
Gracias por la visita y el comentario Chema!!Y gracias por el halago.
Tienes toda la razón en lo que dices:añadiría que en este tiempo en el que parece que la economia lo ocupa todo,en este momento convulso y tremendamente confuso, hace falta que llegue la hora de la Política y el liderazgo optimista y audaz. La experiencia histórica habría que considerarla.
De la lucha y la reivindicación política.
Tal como está la situación, las cosas se encaminan hacia una nueva gobernanza mundial, un nuevo liderazgo, replantearse las relaciones desde una nueva visión. Obama aparecerá ahí como un soplo de aire fresco, y su elección será positiva para los intereses occidentales. Lo dificil es que tenga las agallas suficientes, o le dejen, hacer lo que se debería para este momento...
Es la hora de la Izquierda. Y debe saber organizarse a nivel global y actuar.
Te espero más veces.Yo también te visitare!!
Boas, aínda que é a primeira vez que deixo algo aquí, malia que levo un tempo léndote. Non sei como o vedes vós, pero eu penso que un dos tantos problemas da política é o de que os candidatos, en xeral, non orientan as súas campañas de xeito constructivo, senón que o que fan é, por dicilo así, tirarse os trastos á cabeza por abstractas ideoloxías sen ser capaces de poñer ideas en conxunto e de levar proxectos a cabo coa oposición, que non é un termo moi afortunando, porque xa senta as bases para que salten chispas. En fin, moitos saúdos a tod@s e ata outra.
É certo Sergio. Moitas veces parece que adican máis esforzos a desprestixarse entre eles que a atopar saídas ós problemas reais da cidadanía.Ésa é a impresión.
Forma parte do xogo democrático e da loita lexítima por acceder ó poder.
O termo oposición ás veces é malinterpretado e na práctica, faise oposición sistemática simplemente por negarlle un mínimo beneficio da dúbida ó adversario e tratar de sacar así rédito electoral, aínda que o deber da oposición e o gran valor dunha oposición responsable, nun parlamento democrático, é o de poñer freno e controlar politicamente ó Goberno de turno, apoiándo se fose necesario, sobre todo en momentos de especial importancia estratéxica para un país, como unha crise ou un momento de confusión xeneralizada.
Coido que é tan importante unha boa oposición coma un bo goberno.
No que non estou de todo dacordo contigo é cando mentas "as abstractas ideoloxías": É certo que nos tempos que corren, moitas veces e en determinados asuntos, non se diferencian substancialmente unhas doutras pero, non son o mesmo.Hai ideoloxías(non estou dacordo co fin da Historia, ou o fin das ideoloxías), e levan consigo un conxunto de valores e prácticas políticas concretas, atendendo a diferentes prioridades e intereses.
Moitas gracias por lerme e sobre todo, por participar.Saúdos.
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